martes, 24 de enero de 2012

Lartigue y la felicidad del presente

El año pasado, en el CaixaForum de Madrid, tuve la oportunidad de disfrutar de una exposición del fotógrafo Henri Lartigue.

Hoy he vuelto a recordarla al leer el artículo  «Posar o no posar, esa es la cuestión» de El País, en el que entre otros se menciona a este fotógrafo.

Jacques-Henri Lartigue (1894 – 1986) vivía en el seno de una familia burguesa, poseía relativa facilidad para adquirir nuevo material fotográfico, su padre era un gran aficionado a la fotografía y además estaba suscrito a muchas revistas de la época. Desarrolla un interés general por el arte: se ganaba la vida como pintor y hasta los 69 años no descubrió que su afición por la fotografía también podía ser valiosa.

Y es que la obra de Lartigue plasmaba la importancia del presente. El fotógrafo supo comprender «la fragilidad del instante». Sabía plasmar a las personas y especialmente a las mujeres, que siempre intentó fotografiar en diversas situaciones y ocasiones.




Su posibilidad de disfrutar de la vida con comodidad le hace hablar de días felices, tal como se refleja en sus fotografías. Henri disfruta del mar, de su familia, de la velocidad y de los coches de carreras, que también inmortaliza, especialmente durante su juventud.


En efecto, a Lartigue le gusta plasmar lo cotidiano. A lo largo de su vida retrata a las mujeres que pasan por su vida; sus juegos y diversiones de infancia y juventud con su familia; sus paseos y viajes.



Con todo, Henri Lartigue nos deja un legado fotográfico que transmite precisamente lo que él pretendía: la vida es corta, breve, y debemos vivir el presente disfrutando de cada pequeño detalle diario.





 

lunes, 16 de enero de 2012

Die Frau mit den fünf Elefanten (La mujer de los cinco elefantes)

El pasado viernes 13 de febrero tuve la oportunidad de acudir al ciclo «La Traducción en el Cine»  en el Cine Doré de la Filmoteca Española en Madrid. Además, tuve el placer de conocer a compañeros como Carlos, Sandra o Mª Luz :).

Era el día de comienzo del ciclo y se proyectaba la película Die Frau mit den fünf Elefanten (La mujer de los cinco elefantes).

Esta película-documental gira en torno a la vida de la traductora Svetlana Geier, actualmente reconocida por sus magnificas traducciones de la literatura rusa. De ahí el título de la película, que hace referencia a las cinco obras de Dostoievski que Svetlana tradujo en los años noventa. La traductora, de 85 años de edad, viaja a Ucrania para reencontrarse con su infancia y juventud, marcada por la invasión alemana de su país.

La película parece una pequeña joya porque sabe, de una manera ingeniosa, explicar el significado de la traducción y de la lengua narrando al mismo tiempo la vida de esfuerzo y sufrimiento de la protagonista, que incansable no deja de trabajar a pesar de su edad.

Hay escenas realmente ingeniosas y divertidas, como son aquellas en las que la traductora se sienta a trabajar en su escritorio con colaboradores cuidadosamente escogidos para ayudar en la redacción, revisión y entrega de los trabajos, como el amigo y colaborador músico que comenta con ella prácticamente cada línea de texto leído y repasado, una vez traducido, y hasta rebate y pretende convencer a la traductora para que realice ciertos cambios, normalmente sin éxito. La escena se torna cómica sobre todo para aquellos que compartimos la profesión, puesto que muchas veces nosotros mismos mantenemos ese diálogo mental, esa lucha para decidir qué debemos mantener y qué debemos cambiar de la traducción.

Lo más bonito de la película, bajo mi punto de vista, es la minuciosidad a la que Svetlana somete cada traducción. Puntuación, gramática, contexto. Todo es examinado al detalle y comentado con sus colaboradores. Todo esto teñido además por el encanto de traducir con máquina de escribir y diccionarios de papel marcados y escritos por mil partes, que nos hace recordar que antes de los ordenadores, herramientas de traducción y otros recursos los traductores sólo disponían del papel y de sus propios ojos.

Muy destacable es también cómo la película nos transmite las mismas emociones y sentimientos que Svetlana recorre experimenta al reencontrar los lugares de su infancia.
Me dejo muchas cosas en el tintero, pero no quiero tampoco extenderme más. Si habéis llegado hasta aquí: ¡gracias por no dormiros!

Hasta la próxima entrada.

jueves, 12 de enero de 2012

Traductora e intérprete de mi vida

Poco a poco, trataré de contar quién soy en este blog, uno de los cientos que he podido abrir desde aquel 21 de abril de 2001. Tenía dieciséis años cuando tropecé con esa herramienta poderosa y peligrosa llamada Internet, que por entonces para mí tenía más de juguete que de herramienta.

No sé en qué momento quise ser traductora. O tal vez sí.

Creo que fue un día en el que mi profesora de inglés, en el colegio, leyó una redacción y me hizo unas preguntas sobre el por qué de algunas palabras. Yo le respondí que me frustraba no tener más contexto, que me encantaba el juego de poder combinar palabras y buscar adaptaciones en otro idioma. Ella levantó la mirada y me dijo: «¿Sabes que ahora está empezando a estudiarse una carrera de Traducción e Interpretación?»

Y creo que fue la primera y única persona en mucho tiempo que hizo algo verdaderamente bueno y beneficioso para mí. Gracias, Juliet. No sé dónde estás, pero gracias.

Desde entonces no recuerdo haber tenido dudas. Es más, años después, cuando cursaba ya la carrera, un día me encontré con unos excompañeros de colegio y me dijeron: «Recuerdo que te gustaba la traducción. Al final, ¿te animaste?»

Sí, me animé. Pero por entonces no sabía la vorágine de problemas y de circunstancias personales que se avecinaban, ni que acabaría descolgada de mi propios sueños durante cinco años, casi seis.

Hoy estoy empezando una nueva vida y si miro mi día a día no podría decir que todo ha cambiado repentinamente, ni que yo soy otra persona, ni que visto diferente, ni tampoco que mi risa brota de otra manera. Simplemente, paso a paso, he sembrado una pequeña planta que va creciendo y persiguiendo la luz del sol. Quiero pensar en que riego porque no quisiera decir que construyo. Esto suena a construír un edificio, algo sólido, es verdad, pero también algo más fijo e inamovible... y yo siempre creí en que lo mejor era ser un junco: flexible pero firme a la vez.

Veo a generaciones similares a la mía que comparten mi profesión y que en estos años que mi vida estuvo congelada avanzaron a pasos agigantados. No sé aún qué camino puedo tomar porque tengo miedo de volver a caer una vez más y no sé por dónde debo empezar del todo.

Os paso mi currículum, por si creyérais que puede encajar en alguna parte:

Traductora y correctora. Viajera e intento de fotógrafa que no puede vivir sin música. La vida no se para, y yo tampoco.

Experiencia: clic fotográfico, terapias de risa, búsquedas febriles de palabras, gestión y coordinación de ilusiones nocturnas plasmadas en textos, intercambio de conversaciones de otros continentes.

Habilidades: caer y aprender hasta el final. También desaprendo lo necesario. Gestionar las embestidas de la vida. Aprovechar las circunstancias. Teclear hasta el cansancio (ya sea para escribir, traducir o corregir).

Formación: la vida. Y lo que me queda.

Especialización: traducción de risas, interpretación de emociones ajenas y propias, comprensión oral de preocupaciones.

Bueno, cuenta la leyenda que estudié la licenciatura (cuando aún lo era, y no grado) de Traducción e Interpretación con lenguas B inglés y C francés, que tengo un máster en Traducción médica por la UJI y que he trabajado durante tres años como Project Manager y otros tres de traductora técnica en una empresa de automoción (no tengo muy claro dónde meter el programa SAP, en especialización ¿técnica?). Además, he hecho algunos trabajos como autónoma durante un tiempo sin conseguir asentarme o tener suficientes como para dedicarme a tiempo completo. Finalmente, descubrí el maravilloso mundo de la corrección, hice un curso de corrección profesional y me he dado cuenta de que, además de traductora, siempre fui una maravillosa «talibana» ortotipográfica.


Bueno, eso dicen...



martes, 10 de enero de 2012

Nuevo blog desde hoy

Este blog estaba destinado a recoger textos míos de cualquier tipo. A partir de hoy comenzará a tener un poco más de traducción y un poco menos de literatura «de andar por casa».

Gracias por seguirme, ya sabéis quiénes sois. Espero que os guste el nuevo giro del blog, porque la vida cambia y yo con ella.