jueves, 12 de enero de 2012

Traductora e intérprete de mi vida

Poco a poco, trataré de contar quién soy en este blog, uno de los cientos que he podido abrir desde aquel 21 de abril de 2001. Tenía dieciséis años cuando tropecé con esa herramienta poderosa y peligrosa llamada Internet, que por entonces para mí tenía más de juguete que de herramienta.

No sé en qué momento quise ser traductora. O tal vez sí.

Creo que fue un día en el que mi profesora de inglés, en el colegio, leyó una redacción y me hizo unas preguntas sobre el por qué de algunas palabras. Yo le respondí que me frustraba no tener más contexto, que me encantaba el juego de poder combinar palabras y buscar adaptaciones en otro idioma. Ella levantó la mirada y me dijo: «¿Sabes que ahora está empezando a estudiarse una carrera de Traducción e Interpretación?»

Y creo que fue la primera y única persona en mucho tiempo que hizo algo verdaderamente bueno y beneficioso para mí. Gracias, Juliet. No sé dónde estás, pero gracias.

Desde entonces no recuerdo haber tenido dudas. Es más, años después, cuando cursaba ya la carrera, un día me encontré con unos excompañeros de colegio y me dijeron: «Recuerdo que te gustaba la traducción. Al final, ¿te animaste?»

Sí, me animé. Pero por entonces no sabía la vorágine de problemas y de circunstancias personales que se avecinaban, ni que acabaría descolgada de mi propios sueños durante cinco años, casi seis.

Hoy estoy empezando una nueva vida y si miro mi día a día no podría decir que todo ha cambiado repentinamente, ni que yo soy otra persona, ni que visto diferente, ni tampoco que mi risa brota de otra manera. Simplemente, paso a paso, he sembrado una pequeña planta que va creciendo y persiguiendo la luz del sol. Quiero pensar en que riego porque no quisiera decir que construyo. Esto suena a construír un edificio, algo sólido, es verdad, pero también algo más fijo e inamovible... y yo siempre creí en que lo mejor era ser un junco: flexible pero firme a la vez.

Veo a generaciones similares a la mía que comparten mi profesión y que en estos años que mi vida estuvo congelada avanzaron a pasos agigantados. No sé aún qué camino puedo tomar porque tengo miedo de volver a caer una vez más y no sé por dónde debo empezar del todo.

Os paso mi currículum, por si creyérais que puede encajar en alguna parte:

Traductora y correctora. Viajera e intento de fotógrafa que no puede vivir sin música. La vida no se para, y yo tampoco.

Experiencia: clic fotográfico, terapias de risa, búsquedas febriles de palabras, gestión y coordinación de ilusiones nocturnas plasmadas en textos, intercambio de conversaciones de otros continentes.

Habilidades: caer y aprender hasta el final. También desaprendo lo necesario. Gestionar las embestidas de la vida. Aprovechar las circunstancias. Teclear hasta el cansancio (ya sea para escribir, traducir o corregir).

Formación: la vida. Y lo que me queda.

Especialización: traducción de risas, interpretación de emociones ajenas y propias, comprensión oral de preocupaciones.

Bueno, cuenta la leyenda que estudié la licenciatura (cuando aún lo era, y no grado) de Traducción e Interpretación con lenguas B inglés y C francés, que tengo un máster en Traducción médica por la UJI y que he trabajado durante tres años como Project Manager y otros tres de traductora técnica en una empresa de automoción (no tengo muy claro dónde meter el programa SAP, en especialización ¿técnica?). Además, he hecho algunos trabajos como autónoma durante un tiempo sin conseguir asentarme o tener suficientes como para dedicarme a tiempo completo. Finalmente, descubrí el maravilloso mundo de la corrección, hice un curso de corrección profesional y me he dado cuenta de que, además de traductora, siempre fui una maravillosa «talibana» ortotipográfica.


Bueno, eso dicen...



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por lo que leo, estás pasando por un momento muy semejante al mío (¡aunque en 2001 yo tenía 21 años!). No soy nadie para decirlo, pero a mí tu CV me parece perfecto. Tienes lo más importante: ilusión. ¡Y encima eres especialista en risas! Mucha suerte, P.

Mer

Patricia dijo...

Gracias, Mer. Qué detalle que comentes, de verdad. Acabo de hacer unas pequeñas correcciones de estilo y tipográficas, por cierto :o) (en casa del herrero...).

Aprovecho para decir que no me atrevía a abrir un blog de traducción y anunciarlo públicamente porque tampoco sé si aportaría o no, así que escribí esto cuando me salió de dentro.

Un beso enorme.

Patricia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mer dijo...

Yo tampoco me veo con un blog profesional, entre otras cosas porque ¿cuál es mi profesión? Hasta hace 2 años fui doctoranda a tiempo completo y correctora y maquetadora ocasional. He trabajado año y medio en comercio exterior (como oyes) y he sido profe de asignaturas sueltas en la universidad. Ahora me atrevo a intentar ser correctora y maquetadora autónoma, pero eché currículos en colegios (y hoy me han llamado para un día suelto en uno) y en mi tiempo libre se supone que preparo oposiciones «por si suena la flauta y por si el negocio no fuera bien».

Total, que me echo a temblar con la típica pregunta «¿Y tú a qué te dedicas?».

Un besazo.

Mer

Mónica dijo...

¡Faltaba aquí la tercera pata del team PM...!

Yo soy mayor que vosotras (en 2001 cumplí 24 años, qué tiempos aquellos) y llevo ya más de 10 como autónoma. Os llevo ventaja en lo bueno y en lo malo de la profesión. Y, de verdad, algún día os contaré lo malo, no para que os asustéis, sino para que estéis precavidas y veáis que de todo se sale...

Lo más importante, yo creo, la ilusión (como bien dice Mer) y el no darse por vencido, el aprender a diario y el ser muy crítico con uno mismo... Y siempre con una sonrisa. ¡Y adelante! ¡El mundo es nuestro!

Me encanta estar conociendo gente de la profesión tan estupenda. :) ¡Gracias por estar ahí!

Un beso,

Mónica

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu entrada, Patricia (por fin ^^).

Creo que si tienes esa experiencia que comentas en tu entrada, tienes mucho, muchísimo, que aportar con un blog como el tuyo.

Ya sea de traducción, de corrección, etc. Si te sale de dentro es lo más importante.

Un saludo,

Carlos.

Anónimo dijo...

Yo aún estoy en licenciatura y tampoco soy quien para hablar de CV, pero el caso es que creo que tienes mucho que aportarnos con esa ilusión que muestras. Así que, ¡te sigo! ;)

Patricia dijo...

¡Gracias a todos! No sé cómo demonios contestaros uno a uno porque Gmail o Blogger (vete a saber) me están haciendo de las suyas y ahora no puedo comentar individualmente :-/

Un abrazo y os añado a todos.