- ¿Qué estás haciendo?
- Estoy acariciando tu corazón. Sintiendo tus lunares. Notando tus labios.
Carla se sentía como en casa y la luz invernal pero cálida de esa mañana calaba hasta los huesos. La ventana apenas se había entreabierto y ya había sido más que suficiente.
Y si todo fuera un sueño, Carla lo habría enmarcado igual. Para siempre.
1 comentario:
Me gusto ese segundo verso, retrato impasable a imagen, pero tangible, palpable.
Saludos, pase por aca by accident, pero agrado.
Dmtv
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