miércoles, 28 de noviembre de 2012

Más, más fragmentos



Pues eso, que hay que ser auténtico. Yo trato de serlo; y tú, también. Lo demás, son pequeñas cosas malas y buenas que conforman a la persona.
Y no pasa nada.

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Y tomé la decisión que pudo ser la más dura de toda mi vida. No hablo de la ruptura con M., no hablo de tal vez aquel aciago día en el que mi abuela presenció ese acto de brutalidad de mamá en una fuerte discusión— monólogo —conmigo. Hablo de tomar una medida y de rebajar esa sensación de ahogo que tanto atenazaba mi cabeza y mi hueco vacío tan familiar y con el que tanto había convivido toda la vida. De repente, podía estar triste o contenta; podía llorar o reír; tal vez seguía deprimiéndome mientras los últimos rayos de luz del día se colaban entre las ramas de los árboles... pero podía regodearme un poco más en las pequeñas actividades, en las diminutas cosas, los grandes pasos para una persona y pequeños para los demás. Podía sentir lo que era bello y disfrutarlo mejor.

(Más fragmentos que podrían ser relatos)
De P., para C.  Con cariño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca he sabido escribir bonito. Tú si lo haces.

:***