martes, 13 de noviembre de 2012

Por la mañana

Vale, ya estás despierto.

¿Y ahora qué?

Por favor... para un segundo. No te pongas a correr.

Respira; regálate una pausa.
Sí, sí, ya sé que cinco, seis o siete horas de sueño pueden serlo.
Pero no son TU pausa; la pausa consciente.


Ya estamos en marcha. Bien.
¿Puedes poner música? Si no puedes, tararea la tuya, la interior; si puedes, pon algo suave.
Dirígete a la cocina o al café que más cerca tengas, pero que te guste, que no te acelere (aún) el pulso.

Tómate ese café que te apetece tanto, con nata o chocolate;
 solo o con leche; con espuma y caliente; o humeante.
¿Tal vez un té? Verde con menta, negro con chocolate, de cítricos o con canela.


¿Te has puesto un jersey cálido, que no pique y cuyo color te haga sentir mejor?
Hazlo.

Y tus botas, esas que cuidas tanto porque sabes
que no podrás comprarte otras hasta dentro de un tiempo.

Si puedes, ponte (ahora que es otoño y empieza a hacer frío) un gorro que te vuelva loco.

Como podrás leer, no te estoy pidiendo que sonrías con todos tus músculos, porque sé que no puedes. No es la hora, no es el día o no es la época.

Pero respira profundamente. Primero, coge todo el aire que puedas desde el diafragma; luego, expulsa todo el que haya. Es así:

1.- Pon la palma de tu mano encima de tu vientre, debajo justo de las costillas.
2.- Coge todo el aire que puedas mientras sientes que tu vientre se va hinchando de aire, poco a poco. Hazlo, hasta el final.
3.- Retén unos segundos.
3.- Suelta el aire progresivamente, con la mano en tu vientre. Nota cómo se va vaciando el mismo, poco a poco, hasta que no quede ni una sola gota de ese aire dentro.

Relaja el cuerpo. Y ahora, sal. Haz lo que puedas ahí fuera, sin reprocharte ningún error o acción cometida hasta el día anterior.

Felicidades, has hecho algo por y para ti.
Hazlo cada día de tu vida.

Cuentos para regalar a personas originales. Enrique Mariscal.

8 comentarios:

Diego dijo...

No tengo más que decir que :)

Gracias por el consejo, es de los sencillos y por tanto, mejores.

Patricia dijo...

De nada, aunque ya sabes que, en parte, tú también has contribuido.

Anónimo dijo...

Ay, tengo que aplicarme consejos como este más a menudo, que buena falta me hacen últimamente. Gracias por recordarnos estas cosas, porque a veces no nos paramos a pensar lo importante que es dedicarnos un minuto a nosotros mismos.
Cada día que pasa me gusta más tu blog y me encanta leer lo que escribes en él. Sigue así.
Un abrazo
Irene

Patricia dijo...

Irene, muchas gracias por pasarte por el blog, molestarte en comentar y aportar tu visión. :-)

Efectivamente, en el día a día no nos solemos dar cuenta de que no nos paramos ni unos segundos para tomar aire y seguir hacia delante con más fuerza.

Yo lo he aprendido a base de errores (ya sabes que de ellos se saca experiencia si sabes realizar el buen giro) y de problemas de salud. Ahora valoro más ese tiempo y trato, cada día, de corregirme si veo que vuelvo a ''olvidarme'' de mí misma.

¡Abrazos!

Isabel Espuelas dijo...

ME ENCANTA (y punto)

Patricia dijo...

¡Muchas gracias, Isa! Me alegro de que te guste tanto. Espero no decepcionarte con lo que venga. ;-) Un besazo.

Ainara dijo...

Maravillosa entrada Pati.
Has hecho algo por todos nosotros hoy.

Patricia dijo...

Ainara, por ser tú te agradezco especialmente este comentario y me encanta pensar que esto te sirve a ti, porque tú también eres una persona con muchas características especiales y maravillosas. Gracias, de corazón, tanto por comentarme aquí como por mencionarme en tus redes sociales.

Un abrazo fuerte.

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Nota: estoy averiguando aún cómo comentaros directamente, desde vuestro comentario, para que os llegue la notificación y sepáis que vuestras impresiones no caen en saco roto. ¡Volveré! ;-)